Tiempo de Mayores

¿Recuerdas esta baraja de Fournier del año 1965?  En estos días de carnaval, acompañando a la orientación temporal, he rescatado esta deliciosa baraja reeditada recientemente del año 1965. Consta de 42 cartas repartidas en 7 familias de diferentes partes del mundo (tirolesa, china, árabe, bantú, esquimal, mejicana e india) con sus atrezos correspondientes, compuesta cada una de 6 miembros (abuelo, abuela, padre, madre, hijo e hija).  ¿Jugaron tus hijos con ella? ¿Te animas a regalársela a tus nietos y jugar con ellos? Yo, en mis sesiones, la he utilizado para trabajar la atención, el lenguaje, la memoria, las funciones ejecutivas y el pensamiento abstracto. En un primer nivel les pedía que clasificaran las cartas por familias y después encontrar el miembro de la familia que faltaba, que previamente yo había extraído. En un nivel más avanzado , se trataba de adivinar la carta que faltaba, a partir de preguntas con respuesta SI/No, del tipo “¿Vive en un Iglú?”, “

El anclaje es una técnica de la disciplina PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA (PNL que nos ayuda a manejar nuestros estados emocionales.  Con ella puedes aprovechar todas las experiencias que has vivido y los recursos que posees. Los anclas son estímulos  que disparan un estado emocional al que lo hemos asociado. Todos respondemos automáticamente a determinados estímulos, consciente o inconscientemente, ya que a   lo largo de nuestra vida generamos múltiples anclas. El procedimiento es muy sencillo: cuando nos encontramos en en un estado emocional muy intenso y se produce un estímulo específico (olor, imagen, sonido, sabor, sensación) ambos se conectan, y así, cada vez que se repita este mismo estímulo, sentiremos ese estado emocional. Quién no siente algo especial al escuchar una canción concreta o al percibir un aroma, que le trasladan a un lugar y momento específico con toda la emoción que contienen.   Los anclajes se trabajan en coaching para beneficiarnos de su fuerza ya

Estoy introduciendo al inicio de las sesiones de estimulación cognitiva, ejercicios de relajación y meditación, como son la Relajación Progresiva de Jacobson, respiraciones conscientes y visualizaciones. He observado que de esta forma, además de trabajar la atención y la corporalidad, se consiguen beneficios que se reflejan en la misma sesión como un descenso en la impulsividad, un aumento en la tolerancia a la frustración y una mayor focalización en las diferentes actividades  que se realizan. Además, está demostrado que la repetición e interiorización de estos ejercicios generan bienestar tanto físico como psíquico, mejorando el estado emocional, generando sensación de control y seguridad, bajando los niveles de ansiedad, etc.  Es fundamental en cualquier etapa de nuestra vida y especialmente en el tiempo de mayores. Anímate a introducir esta rutina en tu día a día.